domingo, 29 de junio de 2008

El roce



El compraba siempre en el mismo súper. En general la rutina era similar: lácteos, frutas, un vino, algo de carne, y por último el pan. En cada lugar era atendido por un empleado al que generalmente no le prestaba mayor atención, porque el mercado es grande y rotan bastante. Pero esta mañana, cuando le entregaron el pan con aceitunas que le había interesado probar, un ligero roce con la mano de la anónima persona que lo atendía, le hizo levantar su mirada de la bolsa: una sonrisa le estaba devolviendo sus mecánicas “gracias” con un “de nada” que lo hizo volver a la tierra, o subir a las nubes, según donde cada uno crea que vivimos. Se quedó parado mirándola un poco más, recordando el tibio dedo que tímidamente había rozado el suyo, sin saber muy bien qué hacer. Ella seguía sonriendo, al advertir que la gente que estaba detrás de él se estaba impacientando porque no se iba, ni pedía más nada.
Entonces, él decidió comprar un poco más. Y así, panes comunes, con cebolla, con pasas de uva, baguettes, tortitas negras y galletas de todo tipo abarrotaron su carro, tapando el resto de las escasas provisiones de un hombre que vive solo. Y la sonrisa de ella se transformó en sorpresa, y las miradas se detuvieron, y después aparecieron las carcajadas de quienes saben lo que está sucediendo.No escuchó al cajero cuando le preguntó si iba a recibir visitas. Es que él seguía detenido en la panadería, en ese dedo tibio que lo rozó, llegando su tacto adonde ni la vista, ni el oído ni el olfato consiguieron llegar antes.

martes, 24 de junio de 2008

Cita a ciegas


Ya están preparando la cuenta. Debemos agradecerle a Marcelo, fue una idea brillante proponer que nos conociéramos.Qué se yo, uno nunca sabe cómo seguirá, pero me ha gustado mucho compartir contigo esta cena tan agradable, en este lugar. El vino permite desinhibirnos, contarnos cómo somos…No quiero importunarte, pero además sos hermosa…¿Qué más puedo decirte? Te conté de mi trabajo, de mis sueños, de mis ideales, en fin, de mi visión del universo… ¿Por qué será que podemos confesarle hasta lo más íntimo a una persona que acabamos de conocer? Te he contado cosas que mi ex jamás supo a lo largo de diez años…No sé, es tu mirada limpia, tu sonrisa. La franqueza con que abriste tu corazón, que me lleva a abrir el mío también… ¿Cómo? ¿Querés saber algo más que no le haya contado a ella? No sé, dejame pensar un poco…Te dije que me gustaba cazar, ¿no? En realidad eso lo hacía hace muchos años. Luego me di cuenta que había algo de la caza que no me inspiraba, y es la acechanza…Me parece una estupidez, porque toda sagacidad desaparece cuando llegan los perdigonazos. Empecé a odiar a mis compañeros de aventuras, con sus ropitas de Indiana Jones.
Yo descubrí que lo que me daba placer no eran esos momentos iniciales de la espera y de las trampas. Lo que me gusta es directamente el acto de matar, sin prolegómenos ni más instrumentos que las manos; y cuando digo matar, digo también ver morir, observar la vida que se escurre lentamente por los ojos del moribundo. Más que por los ojos, diría por las pupilas. Eso es lo que me apasiona, y lo he experimentado con toda clase de seres vivos –quiero decir animales, no me malinterpretes- y es un momento sublime, te diría que místico, deberías probarlo…Disculpá, viste cómo son las pasiones, uno pierde noción de tiempo y espacio y comienza a dar rienda suelta a sus instintos…Bueno, la noche es joven, qué bien lo estamos pasando. Me gustaría que tomemos un café…¿Vamos a tu casa o a la mía?

sábado, 14 de junio de 2008

Tienda "Doble Vida"

Paseando por las calles de Buenos Aires, me encontré con la tienda “Doble Vida” y entré a curiosear. Un viejo vendedor me preguntó qué andaba buscando y le dije que no estaba seguro. Advirtiendo mi ignorancia me dijo que me vendía lo que yo quisiera ser, siempre y cuando fueran dos caras de una misma moneda, una vida bifurcada. Inició entonces la fantástica exhibición de sus productos, es decir las dobles vidas que tenía almacenadas para mí.
Empezó con los clásicos y me ofreció ser el dual Dr. Jekyll y el perverso Hyde: “diversión y sufrimiento asegurados” Pero me pareció un poco anticuado…
También tenemos –me dijo- la posibilidad de partirlo al medio de un hachazo y convertirlo en el Vizconde demediado, siendo usted dividido en una mitad totalmente buena (¿le parece la derecha?) y en otra totalmente mala, para que cada una de ellas hagan las bondades y maldades que la otra parte le impide en contrapeso. Cuando usted se canse, vuelve por aquí y lo unimos. -No gracias, aborrezco ver sangre derramada, particularmente la mía...
- No se desanime, podemos ofrecerle ser Bruce Banner y el increíble Hulk, (va a gastar mucho en indumentaria); Batman y Bruno Díaz (o si lo prefiere Bruce Wayne, o tal vez quiera ser Robin también) Tenemos toda la lista de superhéroes que se esconden en una máscara por si necesita ajusticiar, perdón, hacer justicia por ahí.
-mmmmm no.- ¿cambio completo? Sea Belle de Jour y Catherine Deneuve…
- No sé si me sienta cómodo…- ¿Quiere ser John Malcovich?
Suba hasta el último piso, que ahí lo van a atender. Pero cuidado con el techo…
-Tampoco.
No tiene algo más…
- ¿normal?
- ¡Eso!
- De acuerdo. Ahí tenemos un libro con miles de políticos antes y después de ganar una elección…
- En ese caso, salgamos de la normalidad.

El viejito me dijo que me lo había mostrado todo, a no ser que quisiera ver en el sótano una opción que hace más de veinte años dejó de ofrecer porque los clientes se asustaban siempre…
- ¿Más fuerte que lo que me mostró hasta ahora? No puedo creerlo…
- Por favor acompáñeme…
Abajo, una mitad del sótano era cálida. Estaba perfectamente iluminada y un coro celestial entonaba hermosas melodías. En la otra mitad reinaba la oscuridad, el frío y se escuchaban alaridos aterradores
- ¿Quiere usted ser Dios y el Diablo?

miércoles, 4 de junio de 2008

Un round más


Ya sé que estás exhausto
Que no sentís las piernas
Que estás mareado
Que te falta el aire
Y que tenés ganas de llorar de dolor.

Y yo que estoy afuera
En tu rincón
Sólo puedo hablarte
Y en un minuto curarte las heridas.

Sólo para que vayas de vuelta;
A dar y a recibir.

Un round más
Sólo eso te pido
No que ganes
Un round más.

Respirá profundo
Abrí bien los ojos
Movete por el ring
No te quedes quieto.

¡Subí la guardia!
Que si bajás los brazos
La vida te mata
¡Usá tu derecha!

Yo sé lo que querés
Que te tire la toalla
Pero no hay toalla en tu rincón.
¡No la hay!

Son sólo tres minutos,
nada más
Que parecen eternos
Cuando estás golpeado y solo
Contra las cuerdas.

Pero no hay toalla en el rincón
¡No la hay!

No te queda otra
Usá tu derecha
Abrí bien los ojos
Movete
Y salí de nuevo

Un round más.


martes, 3 de junio de 2008

El Vizconde demediado


Allí va el Vizconde de Torralba junto a su escudero, a la batalla, como el Quijote y su fiel Sancho.
Sólo que no combatirá contra molinos de viento
Combatirá contra los turcos, con suerte singular.
Con un futuro mitad bueno, mitad malo.
Según la ocasión.
Y luego luchará contra sí mismo por el amor de Pamela, su Dulcinea
¿Lo conseguirá?

lunes, 2 de junio de 2008

Una noche más (final)


Capitulo V: El Orgullo tiene caminos extraños
-Perdón por interrumpir el romance. Galán, derecho para casita, hace frío y te vas a resfriar. Y vos baby, venís conmigo.
- No dejes que me lleve…La confusión reinaba en su cabeza. Ahora sí que todo el whisky bebido no lo dejaba pensar bien… ¿Qué hace mi cuñado aquí…?
-¿Adonde la llevás?
- A declarar, por supuesto.
- ¿A declarar sobre qué?
- Oíme idiota, ¿te creíste en serio que sos detective?El orgullo tiene caminos extraños. No le molestó la palabra “idiota”. Le molestaron las otras dos palabras: “en serio”
- No voy a dejar que te la lleves si no me explicás
- Ah, ¿no? Entonces venís con nosotros
Los subieron al Chevrolet con él al volante. Su cuñado, al lado suyo, lo apuntaba. Detrás, ella entre dos de los chicos azules. En el otro auto, el tercero del grupo.
- ¿Adonde vamos nena?
- No sé. ¿Al Departamento Central?
- No te hagas la estúpida, decime donde tenés el video. Me lo vas a decir de una forma o de otra, pero vas a preferir que me lo digas por las buenas…
- OK, hay que ir a Barracas. El cuñado se dio vuelta y con una mirada fulminante les dijo a sus cómplices. Si ustedes no revisaron bien la casa…
- ¿Y ahora?
- Allí, en la vía…
Todavía a él le quedaba una carta por jugar: nadie lo había revisado, y tenía el revólver. Sólo faltaba escoger el momento adecuado. Se rió de su idea: ¿sólo eso falta?
Los policías empezaron a sospechar: un lugar demasiado intrincado para escondite de mujeres.- Si me estás mintiendo te mato aquí mismo.
- ¡Te juro que no! Mi amiga me dijo que lo puso debajo de ese durmiente roto. Es un DVD.
- Las primeras luces de la mañana lluviosa le daban a la escena un tono espectral. Varios tipos buscando frenéticos sobre las vías. El momento llegó: cansino, apareció un carguero. Instintivamente todos miraron al tren. Todos menos él.
- ¡Bajá el arma!
- Imbécil, siempre fuiste un imbécil. Ese revólver te lo conseguí yo. ¿Pensaste que te iba a dar uno que funcionara? Por supuesto que no, podrías hacerte daño con él…¡Imbécil!El tren ya estaba sobre ellos y sin que nadie dijera nada, todos se fueron para un costado de la vía…Pero él ya la tenía tomada del brazo a ella y le gritó: ¡crucemos! De un salto y un segundo antes que el tren los arrollara, consiguieron pasar al otro lado.Volaron hacia el Chevrolet. Pero no arrancaba. Tenían algo más de tiempo, el carguero es largo…pero nada. Por el espejo retrovisor vio al grupo corriendo hacia ellos. Como en un film vio los fogonazos en la mañana oscura. ¡Les disparaban!
- Vámonos, por Dios!
- ¿Qué querés que haga? El auto pareció apiadarse y arrancó. Neumáticos chirriando nuevamente, y al cabo de unos minutos consiguieron perderse de vista.- ¿Ahora qué hacemos?- No sé. Si tuviéramos el DVD…
- Lo tenemos, siempre lo tuvimos.
- ¿Adonde?
- Aquí, en tu auto. Por qué te pensás que llegué tarde al bar? Esperé a que entraras y luego lo dejé aquí.
- De acuerdo, entonces vamos a llevarlo a la policía, tengo un amigo allí que nos va a ayudar…
- ¿Estás loco?
Observó un brillo diferente en su mirada, que la alejó inmediatamente de ella.
- El video es nuestro futuro, ¿sabés lo que los tipos que aparecen pagarían por él?
Otra vez le saltó el orgullo:
- ¿nuestro futuro? ¿o el tuyo?
- ¿Qué importa? ¿Sos un idiota al final?
Ya estaban frente a la policía. Deliberadamente, le pidió a ella que esperara en el Chevrolet. Entró y le dejó el video a su amigo.Cuando salió, ni el auto ni ella estaban más…
Estaba cerca de la oficina, y se fue caminando. Cuando llegó, ¡oh milagro! la Secretaria.
- ¿qué hacés un domingo por acá?
- Vine a limpiar este desastre. ¿Qué le ocurrió? Parece como si le hubiera pasado un tren por encima. ¿No se tomó la noche de franco?
El sonrió y le pidió un café.
- Vi una nota a medio hacer en la Rémington. ¿Quiere que se la termine?
- No, tirala a la basura.