martes, 29 de julio de 2008

Cómo poder...?



Cómo poder hablar de amor
en bares con televisión?
Si en el momento justo
en que mi corazón se parte

tus ojos se distraen
por un instante
mirando sin mirar
figuras espectrales?

Y cuando vuelves a mi amor
de las noticias terrenales
olvidaste
que allí estoy yo,
confundido,
sin ganas de volver
a ser herido?

Prefiero a los bares como antes.
Sabían los cafés que yo he querido
dejar hablar de amor
a los amantes.

domingo, 29 de junio de 2008

El roce



El compraba siempre en el mismo súper. En general la rutina era similar: lácteos, frutas, un vino, algo de carne, y por último el pan. En cada lugar era atendido por un empleado al que generalmente no le prestaba mayor atención, porque el mercado es grande y rotan bastante. Pero esta mañana, cuando le entregaron el pan con aceitunas que le había interesado probar, un ligero roce con la mano de la anónima persona que lo atendía, le hizo levantar su mirada de la bolsa: una sonrisa le estaba devolviendo sus mecánicas “gracias” con un “de nada” que lo hizo volver a la tierra, o subir a las nubes, según donde cada uno crea que vivimos. Se quedó parado mirándola un poco más, recordando el tibio dedo que tímidamente había rozado el suyo, sin saber muy bien qué hacer. Ella seguía sonriendo, al advertir que la gente que estaba detrás de él se estaba impacientando porque no se iba, ni pedía más nada.
Entonces, él decidió comprar un poco más. Y así, panes comunes, con cebolla, con pasas de uva, baguettes, tortitas negras y galletas de todo tipo abarrotaron su carro, tapando el resto de las escasas provisiones de un hombre que vive solo. Y la sonrisa de ella se transformó en sorpresa, y las miradas se detuvieron, y después aparecieron las carcajadas de quienes saben lo que está sucediendo.No escuchó al cajero cuando le preguntó si iba a recibir visitas. Es que él seguía detenido en la panadería, en ese dedo tibio que lo rozó, llegando su tacto adonde ni la vista, ni el oído ni el olfato consiguieron llegar antes.

martes, 24 de junio de 2008

Cita a ciegas


Ya están preparando la cuenta. Debemos agradecerle a Marcelo, fue una idea brillante proponer que nos conociéramos.Qué se yo, uno nunca sabe cómo seguirá, pero me ha gustado mucho compartir contigo esta cena tan agradable, en este lugar. El vino permite desinhibirnos, contarnos cómo somos…No quiero importunarte, pero además sos hermosa…¿Qué más puedo decirte? Te conté de mi trabajo, de mis sueños, de mis ideales, en fin, de mi visión del universo… ¿Por qué será que podemos confesarle hasta lo más íntimo a una persona que acabamos de conocer? Te he contado cosas que mi ex jamás supo a lo largo de diez años…No sé, es tu mirada limpia, tu sonrisa. La franqueza con que abriste tu corazón, que me lleva a abrir el mío también… ¿Cómo? ¿Querés saber algo más que no le haya contado a ella? No sé, dejame pensar un poco…Te dije que me gustaba cazar, ¿no? En realidad eso lo hacía hace muchos años. Luego me di cuenta que había algo de la caza que no me inspiraba, y es la acechanza…Me parece una estupidez, porque toda sagacidad desaparece cuando llegan los perdigonazos. Empecé a odiar a mis compañeros de aventuras, con sus ropitas de Indiana Jones.
Yo descubrí que lo que me daba placer no eran esos momentos iniciales de la espera y de las trampas. Lo que me gusta es directamente el acto de matar, sin prolegómenos ni más instrumentos que las manos; y cuando digo matar, digo también ver morir, observar la vida que se escurre lentamente por los ojos del moribundo. Más que por los ojos, diría por las pupilas. Eso es lo que me apasiona, y lo he experimentado con toda clase de seres vivos –quiero decir animales, no me malinterpretes- y es un momento sublime, te diría que místico, deberías probarlo…Disculpá, viste cómo son las pasiones, uno pierde noción de tiempo y espacio y comienza a dar rienda suelta a sus instintos…Bueno, la noche es joven, qué bien lo estamos pasando. Me gustaría que tomemos un café…¿Vamos a tu casa o a la mía?

sábado, 14 de junio de 2008

Tienda "Doble Vida"

Paseando por las calles de Buenos Aires, me encontré con la tienda “Doble Vida” y entré a curiosear. Un viejo vendedor me preguntó qué andaba buscando y le dije que no estaba seguro. Advirtiendo mi ignorancia me dijo que me vendía lo que yo quisiera ser, siempre y cuando fueran dos caras de una misma moneda, una vida bifurcada. Inició entonces la fantástica exhibición de sus productos, es decir las dobles vidas que tenía almacenadas para mí.
Empezó con los clásicos y me ofreció ser el dual Dr. Jekyll y el perverso Hyde: “diversión y sufrimiento asegurados” Pero me pareció un poco anticuado…
También tenemos –me dijo- la posibilidad de partirlo al medio de un hachazo y convertirlo en el Vizconde demediado, siendo usted dividido en una mitad totalmente buena (¿le parece la derecha?) y en otra totalmente mala, para que cada una de ellas hagan las bondades y maldades que la otra parte le impide en contrapeso. Cuando usted se canse, vuelve por aquí y lo unimos. -No gracias, aborrezco ver sangre derramada, particularmente la mía...
- No se desanime, podemos ofrecerle ser Bruce Banner y el increíble Hulk, (va a gastar mucho en indumentaria); Batman y Bruno Díaz (o si lo prefiere Bruce Wayne, o tal vez quiera ser Robin también) Tenemos toda la lista de superhéroes que se esconden en una máscara por si necesita ajusticiar, perdón, hacer justicia por ahí.
-mmmmm no.- ¿cambio completo? Sea Belle de Jour y Catherine Deneuve…
- No sé si me sienta cómodo…- ¿Quiere ser John Malcovich?
Suba hasta el último piso, que ahí lo van a atender. Pero cuidado con el techo…
-Tampoco.
No tiene algo más…
- ¿normal?
- ¡Eso!
- De acuerdo. Ahí tenemos un libro con miles de políticos antes y después de ganar una elección…
- En ese caso, salgamos de la normalidad.

El viejito me dijo que me lo había mostrado todo, a no ser que quisiera ver en el sótano una opción que hace más de veinte años dejó de ofrecer porque los clientes se asustaban siempre…
- ¿Más fuerte que lo que me mostró hasta ahora? No puedo creerlo…
- Por favor acompáñeme…
Abajo, una mitad del sótano era cálida. Estaba perfectamente iluminada y un coro celestial entonaba hermosas melodías. En la otra mitad reinaba la oscuridad, el frío y se escuchaban alaridos aterradores
- ¿Quiere usted ser Dios y el Diablo?

miércoles, 4 de junio de 2008

Un round más


Ya sé que estás exhausto
Que no sentís las piernas
Que estás mareado
Que te falta el aire
Y que tenés ganas de llorar de dolor.

Y yo que estoy afuera
En tu rincón
Sólo puedo hablarte
Y en un minuto curarte las heridas.

Sólo para que vayas de vuelta;
A dar y a recibir.

Un round más
Sólo eso te pido
No que ganes
Un round más.

Respirá profundo
Abrí bien los ojos
Movete por el ring
No te quedes quieto.

¡Subí la guardia!
Que si bajás los brazos
La vida te mata
¡Usá tu derecha!

Yo sé lo que querés
Que te tire la toalla
Pero no hay toalla en tu rincón.
¡No la hay!

Son sólo tres minutos,
nada más
Que parecen eternos
Cuando estás golpeado y solo
Contra las cuerdas.

Pero no hay toalla en el rincón
¡No la hay!

No te queda otra
Usá tu derecha
Abrí bien los ojos
Movete
Y salí de nuevo

Un round más.


martes, 3 de junio de 2008

El Vizconde demediado


Allí va el Vizconde de Torralba junto a su escudero, a la batalla, como el Quijote y su fiel Sancho.
Sólo que no combatirá contra molinos de viento
Combatirá contra los turcos, con suerte singular.
Con un futuro mitad bueno, mitad malo.
Según la ocasión.
Y luego luchará contra sí mismo por el amor de Pamela, su Dulcinea
¿Lo conseguirá?

lunes, 2 de junio de 2008

Una noche más (final)


Capitulo V: El Orgullo tiene caminos extraños
-Perdón por interrumpir el romance. Galán, derecho para casita, hace frío y te vas a resfriar. Y vos baby, venís conmigo.
- No dejes que me lleve…La confusión reinaba en su cabeza. Ahora sí que todo el whisky bebido no lo dejaba pensar bien… ¿Qué hace mi cuñado aquí…?
-¿Adonde la llevás?
- A declarar, por supuesto.
- ¿A declarar sobre qué?
- Oíme idiota, ¿te creíste en serio que sos detective?El orgullo tiene caminos extraños. No le molestó la palabra “idiota”. Le molestaron las otras dos palabras: “en serio”
- No voy a dejar que te la lleves si no me explicás
- Ah, ¿no? Entonces venís con nosotros
Los subieron al Chevrolet con él al volante. Su cuñado, al lado suyo, lo apuntaba. Detrás, ella entre dos de los chicos azules. En el otro auto, el tercero del grupo.
- ¿Adonde vamos nena?
- No sé. ¿Al Departamento Central?
- No te hagas la estúpida, decime donde tenés el video. Me lo vas a decir de una forma o de otra, pero vas a preferir que me lo digas por las buenas…
- OK, hay que ir a Barracas. El cuñado se dio vuelta y con una mirada fulminante les dijo a sus cómplices. Si ustedes no revisaron bien la casa…
- ¿Y ahora?
- Allí, en la vía…
Todavía a él le quedaba una carta por jugar: nadie lo había revisado, y tenía el revólver. Sólo faltaba escoger el momento adecuado. Se rió de su idea: ¿sólo eso falta?
Los policías empezaron a sospechar: un lugar demasiado intrincado para escondite de mujeres.- Si me estás mintiendo te mato aquí mismo.
- ¡Te juro que no! Mi amiga me dijo que lo puso debajo de ese durmiente roto. Es un DVD.
- Las primeras luces de la mañana lluviosa le daban a la escena un tono espectral. Varios tipos buscando frenéticos sobre las vías. El momento llegó: cansino, apareció un carguero. Instintivamente todos miraron al tren. Todos menos él.
- ¡Bajá el arma!
- Imbécil, siempre fuiste un imbécil. Ese revólver te lo conseguí yo. ¿Pensaste que te iba a dar uno que funcionara? Por supuesto que no, podrías hacerte daño con él…¡Imbécil!El tren ya estaba sobre ellos y sin que nadie dijera nada, todos se fueron para un costado de la vía…Pero él ya la tenía tomada del brazo a ella y le gritó: ¡crucemos! De un salto y un segundo antes que el tren los arrollara, consiguieron pasar al otro lado.Volaron hacia el Chevrolet. Pero no arrancaba. Tenían algo más de tiempo, el carguero es largo…pero nada. Por el espejo retrovisor vio al grupo corriendo hacia ellos. Como en un film vio los fogonazos en la mañana oscura. ¡Les disparaban!
- Vámonos, por Dios!
- ¿Qué querés que haga? El auto pareció apiadarse y arrancó. Neumáticos chirriando nuevamente, y al cabo de unos minutos consiguieron perderse de vista.- ¿Ahora qué hacemos?- No sé. Si tuviéramos el DVD…
- Lo tenemos, siempre lo tuvimos.
- ¿Adonde?
- Aquí, en tu auto. Por qué te pensás que llegué tarde al bar? Esperé a que entraras y luego lo dejé aquí.
- De acuerdo, entonces vamos a llevarlo a la policía, tengo un amigo allí que nos va a ayudar…
- ¿Estás loco?
Observó un brillo diferente en su mirada, que la alejó inmediatamente de ella.
- El video es nuestro futuro, ¿sabés lo que los tipos que aparecen pagarían por él?
Otra vez le saltó el orgullo:
- ¿nuestro futuro? ¿o el tuyo?
- ¿Qué importa? ¿Sos un idiota al final?
Ya estaban frente a la policía. Deliberadamente, le pidió a ella que esperara en el Chevrolet. Entró y le dejó el video a su amigo.Cuando salió, ni el auto ni ella estaban más…
Estaba cerca de la oficina, y se fue caminando. Cuando llegó, ¡oh milagro! la Secretaria.
- ¿qué hacés un domingo por acá?
- Vine a limpiar este desastre. ¿Qué le ocurrió? Parece como si le hubiera pasado un tren por encima. ¿No se tomó la noche de franco?
El sonrió y le pidió un café.
- Vi una nota a medio hacer en la Rémington. ¿Quiere que se la termine?
- No, tirala a la basura.

sábado, 31 de mayo de 2008

Una noche más (III)


Capítulo IV: Mundo Bizarro

-Te quedaste mudo… ¿por qué no llegaste a tiempo?
- es que el auto…
- me estoy arrepintiendo de haberte llamado…La viste, ¿no?
- sí. Pensé que eras vos. ¿Eras vos? Notó que ambos habían comenzado a tutearse, y aún no se habían visto las caras.
- entonces te estaría llamando desde el infierno. No, no era yo. Pero era mi amiga. Podés encontrarme AHORA? La noche aún no terminó y necesito verte.
- OK, adonde?-en Mundo Bizarro, lo conocés?
- Obvio, en cuánto?
- Veamos si esta vez llegás. En veinte minutos, como antes.Y colgó sin darle tiempo a nada.

Desesperado, buscó en la guía telefónica “Mundo Bizarro”. No pudo asumir ante ella que no conocía el lugar. Guatemala al 4.800, Palermo.
-Si no me falla el auto…El Chevrolet se comportó como un cero kilómetro, y doce minutos después estaba en Guatemala y Jorge Luis Borges, pero…sólo encontró un local cerrado. Había apuntado la dirección en un papel: Guatemala 4.802. Ahí estaba, y nada. Otra vez se enojó, pero alcanzó a ver un pequeño cartel en la persiana baja: “nueva dirección: Serrano 1.222” Era cerca, arrancó como si le fuera la vida en ello y hacia allí fue. El olor a neumático quemado fue desapareciendo lentamente por la lluvia…

Eran las cinco y media y en el lugar aún había gente… Se acercó a la barra y pidió un Jack Daniels, y satisfecho por llegar a horario, esperó…Pidió otro. Le llamó la atención que con todo lo que había bebido no se sintiera ebrio. Pero no es para fiarse –pensó- todos los borrachos aseguran que no lo están…Ya eran las seis y se preguntó si no debía irse. Con un cigarrillo en la boca se acercó hasta la máquina por hacer algo, aunque se imaginó que no tendría ninguna canción que le gustase. Sin embargo por casualidad (¿o cosa de brujas?) encontró “Sunny”, cantada por Robert Mitchum. Su canción favorita por su cantor favorito. La puso y volvió a terminarse el segundo trago.Mientras canturreaba distraido la canción, una voz conocida a sus espaldas le murmuró:
- ¡por fin!No pudo creer lo que vio cuando se dio vuelta: una mujer de unos veintiocho o treinta años, alta, de cabellos y ojos oscuros… ¡preciosa! Le pareció que todo el bar dejó de hacer lo que estaba haciendo, para observarla a ella, y al tipo que saludó.
- Por favor, sentémonos en una mesa, quiero contarte algo…Aún con evidente pánico, no perdía la belleza ni la prestancia.En voz casi inaudible le soltó todo de una vez: ella y su amiga trabajaban en un lugar no muy decente, pero con una clientela que sí lo era: gente de dinero, gente de poder, gente de estado, gente de iglesia. Todos con ganas de jugar a juegos peligrosos. Y a la amiga se le ocurrió filmarlos en secreto.
Y luego se lo contó a ella. Ella comprendió lo arriesgado de la situación y buscó a alguien que pudiera ayudarlas. Encontró su nombre en la guía.
Pero antes los dueños del local descubrieron todo y su amiga se escondió en Barracas, por eso le pidió que fuera allí. Fue en vano, los tipos encontraron el lugar, la mataron y ahora la perseguían a ella.
Se relajaron al llegar a este punto. Pudieron mirarse a los ojos por un segundo sin miedo. Ambos tenían miedo, sólo que ella no sabía que él también lo sentía…Ella posó su mano en la mano de él, y se olvidaron del entorno. El Banco Nación se encontraba en Plutón...
-¡Qué escena más tierna!Eran los tres chicos azules, comandados por su cuñado.

Continuará… (5° y último capítulo)

Guatemala 4.802 (Palermo)

Pasaje Rivarola (San Nicolás)

viernes, 30 de mayo de 2008

Una noche más (II)



Capítulo III: Los cadáveres hablan
.
Mientras se subía con prisa al auto, rogaba que la batería no le diera problemas…y claro que se los dio. Eso, o el frío de la noche, o los veinte años del Chevrolet, el asunto es que se fueron otros diez minutos hasta que consiguió ponerlo en marcha. Todavía no había salido y ya estaba llegando tarde. Encima comenzó a llover.

Por suerte el invierno desmentía que fuera sábado, y las calles estaban desiertas, más aún en la oscuridad de Barracas…No conocía bien el barrio. Se confundió con la vía del tren y no acertaba la encrucijada. Hasta que vio la calle California (qué casualidad, otra vez cerca de Marlowe…)

Pero en la esquina de la cita, el cuadro era otro: un par de patrulleros con las luces largas apuntando hacia algo. Se acercó un poco más. Como petrificados, tres policías mirando el cadáver de una mujer. Maldijo en silencio al viejo Chevrolet.Se acercó, y su cuñado lo reconoció bajo el ala del sombrero:

-¿Qué hacés acá?

- Nada, trabajo…

Quién es ella?

-No sabemos todavía, estamos esperando al forense…

- ¿A qué médico le tocó el caso?

- a García. ¿Lo conocés?-

No-¿Conocés a algún médico forense?

- No

- ¿Y entonces por qué preguntás?

- Olvidalo. Puedo darle un vistazo al cuerpo?

- OK, pero no lo toques. Los cadáveres hablan. Eso dicen los forenses.

Comenzó a llover más intensamente, y apuró la inspección. Era una mujer rubia, de unos treinta años, y la muerte la tomó por sorpresa. Bah, eso le pareció indicar su bello rostro y el diminuto agujero rojo en el pecho. Aunque la muerte seguro que siempre nos toma de sorpresa, divagó…

Se preguntó qué estaba haciendo allí, maldijo una vez más su suerte y se fue del lugar.

Volvió a la oficina del Pasaje Rivarola. Decepcionado, colgó el piloto mojado y se sirvió un whisky.

Miró a la Rémington y la nota en blanco. Se refregó las manos para calentarlas, y comenzó a teclear: “Señor Jefe de Personal…”

Sonó el teléfono. Aún no había amanecido. Y ahora quién…?

- Hable…- ¿Por qué no llegaste a tiempo?

Se quedó estupefacto. Un cansancio repentino lo hundió en su destartalada silla giratoria de estilo inglés.

Era ella de nuevo…

Continuará...

jueves, 29 de mayo de 2008

Una noche más


Capítulo 1. La espera

Tenía todo para ser el investigador ideal: la Rémington, el sombrero, el piloto, la puerta de vidrio esmerilado con su nombre y claro, la pistola.
También sufría como todo gran detective de un momentáneo problema de efectivo, y su secretaria venía cuando quería, un poco porque le debía tres meses de salario y otro poco porque no había nada que hacer.
En la biblioteca, la colección completa de Philip Marlowe, y con los zapatos arriba del escritorio vacío, aguarda a que suene el teléfono, whisky en la mano, cigarrillo en la boca. Seguir a tipos casados para probar infidelidades nunca le gustó.
Es sábado a la noche, y aunque no suele trabajar el fin de semana, él espera que suene el teléfono y una voz femenina le pida ayuda desesperadamente.Pero pasan los años y eso no ocurre. Se pregunta si no será hora de volver a trabajar en el banco...

//

Capítulo Dos. La llamada
Se quedó dormido con la solicitud de readmisión del Banco de la Nación Argentina en la Rémington, mientras el cigarrillo se consumía lentamente sobre el cenicero. A eso de las tres de la madrugada, lo sobresaltó el teléfono. Confundido y sin saber qué ocurría, contestó. Del otro lado de la línea, una voz femenina.
- ¿hablo con el investigador privado?
Pero él no respondió en seguida, calculando la posibilidad de una broma. Le temía al ridículo. ¿Quién podría ser? No reconocía la voz, y además casi nadie de sus conocidos sabía de este “emprendimiento profesional”.
- Sí, soy yo. ¿Con quién hablo?- No tengo tiempo para explicarle ahora. Debe venir ya mismo, estoy en Santa Magdalena y California….-¿Barracas a esta hora? Es peligroso…- Lo espero en veinte minutos, por favor se lo suplico, ¡venga!
Se asustó, y aunque se había despertado de golpe, seguía como en sueños. Buscando espabilarse terminó el whisky que había quedado a medias, y pensó en llamar a su cuñado policía para pedirle que lo acompañe.
Giró para buscar el piloto y se topó con la biblioteca.
-Marlowe jamás llegaría con la policía, lo haría antes que ella…Se puso el piloto, el sombrero, tomó el arma que le había conseguido su cuñado sin papeles y que jamás había disparado, y fue a buscar su viejo Chevrolet en la oscuridad de la noche fría.La solicitud de readmisión, en blanco, quedó sobre la Rémington.
Continuará...

martes, 27 de mayo de 2008

Quien




Quién será capaz
de saber, al verla llegar
que viene por uno y nada más
que ese es su destino, el nuestro
y todo acabará al fin.
O comenzará?

miércoles, 7 de mayo de 2008

domingo, 4 de mayo de 2008

Bogey y un par...


Se puede mejorar esto? Ah, me olvidaba...ceceaba y medía un metro sesenta...

Hay un muchacho



Hay un muchacho que se retrata en Montmartre. Corre el año 1904 y él ya sabe quien va a ser. Sólo pinta cuadros tristes y azules, en la escena melancólica del París de principios del siglo pasado. Sus padres lo bautizaron Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispín Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz, pero eso nadie lo sabe todavía.


El mundo pronto conocerá a este malagueño por otro apellido, el materno: Picasso





sábado, 3 de mayo de 2008

Zona Roja

placeresescondidosSTOP.pagocariño.comSTOP.amoralacartaSTOPchicos-chicas.STOPchicas-chicosSTOP.chicas-chicasSTOP.chicos-chicosSTOP.SeñoresMayoresSTOP.habitacionescon refrigeraciónSTOP.dateelgustoSTOP.sihastaelcapodeNYC!STOP.Cuánto tenés?STOP. acáydedorapaSTOP.quemanofriaSTOP.llamáalflacoBettinaSTOP.rajenlayuta!STOPSTOPSTOP.

jueves, 1 de mayo de 2008

Botellas al mar


Tirando botellas al mar
con el papel en blanco, sin fe
qué chance puedes tener
que alguien sepa de ti?

Me han dicho que...

Soy lo que hago
Soy lo que como
Soy lo que digo
Soy lo que escribo
Soy lo que visto
Soy con quien vivo

¡Pero nadie me dijo que soy lo que sueño!
lo que deseo
lo que no tengo
lo que no hice
lo que no dije ni diré jamás...

miércoles, 30 de abril de 2008

Florida estaba repleta de oficinistas


Florida estaba repleta de oficinistas, vendedoras y carteristas ávidos de turistas, pero él no les dio bola porque estaba pensando en él.

El timbre del garage avisaba que salía un auto y él venía distraído; pero se detuvo justo a tiempo, porque venía pensando en él.

La nena se acercó a entregarle una estampita; pero no la vio porque estaba pensando en él.

El perro abandonado lo seguía, a pesar de que cruzaba la avenida peligrosa; pero no lo vio porque estaba pensando en él.

Se subió al colectivo y se sentó en seguida. Pero no vio a la viejita que seguía parada, porque estaba pensando en él. Los pasajeros susurraron en su contra, pero no los oyó porque estaba pensando en él.

El vecino de la esquina lo saludó tímidamente, pero no se dio cuenta, estaba pensando en él.

El amor de su vida se cruzó por la puerta de su casa y le sonrió, pero no lo reconoció. ¡Porque estaba pensando en él!

Grillos en la city

Tardé mucho tiempo en darme cuenta. Pero si uno agudiza el oído entre los ruidos de los autos, los gritos y los picos de las eternas refacciones, se escuchan grillos en pleno Buenos Aires.
No sé si son reales o es mi alma ansiosa de escaparse, pero me encanta cuando terminada la jornada los grillos, ignorantes de toda prisa, trámite o conjura, acometen simplemente su tarea, mientras nosotros, inteligentes, desesperados, resignados, enajenados, vamos y venimos sin saber adonde ni por qué.